martes, 2 de noviembre de 2010

Tú, que siempre estás ahí

Amiga, tú, esa que se sentaba a mi lado en segundo, que se sentaba detrás en tercero, que se sentaba a mi derecha en primero, esa que siempre tiene la respuesta más sencilla y obvia pero que sin embargo nadie ve, esa que nunca habla pero cuando lo hace te hace reflexionar, esa que parece que no está pero tiene su mano en tu espalda por si te caes, esa que se va tres meses y no la ves, esa que hablas con ella una vez al mes y es como si hubieras hablado con ella el día anterior, esa que nunca se enfada porque es muy cansado, esa que su neurona está de vacaciones, esa que pasaba los descansos conmigo en el radiador, esa que corría conmigo en E.F., esa que hacía los ejercicios de lengua a la mitad conmigo, esa que me ganó al buzz, esa que vino a Italia, esa que era una de las actimelitas, esa que no durmió la primera noche, esa que salió conmigo a ver el amancer cuando la niebla lo impedía, esa que me escucha siempre, esa que sabe sacarte una sonrisa, esa que se vendrá este año para León, esa que sabes que siempre estará al otro lado del teléfono si la necesitas, esa que nunca sale de fiesta, esa que se casará con Tom Welling, esa que me conoce a la perfección, esa que me dice que me deje de comer la cabeza, esa que demostraba conmigo la existencia del alma en filosofía con límites e integrales, esa que jugaba a fútbol en historia, esa que no veía FoQ y yo se lo resumía, esa que como amiga es tan perfecta que quedan ya pocas en este mundo, esa que me hizo el mejor regalo cuando me regaló su amistad, esa que parece que no te escucha pero está guardando todo lo que dices, esa que se despista.
Esa que sé que jamás dejará de ser mi amiga porque pienso guardar su amistad como un gran tesoro, porque como ella no hay ninguna, porque por ella merece la pena no verla en meses, porque gracias a ella mis comeduras de tarro disminuyen cuando hablo con ella.
Porque gracias a ella sé lo que es la amistad.

Richard Bach 

No hay comentarios:

Publicar un comentario