Después de mucho tiempo me he decidido a volver a escribir,
al menos hoy. Ha salido el Sol, pero de verdad, hoy ha sido un día propiamente
de verano, al menos en mi pueblo y eso me da más que motivos para enlazar unas
cuantas frases.
Últimamente escribo menos pero quizá es que no tengo mucho
de lo que hablar. Ha llegado un punto en mi vida en el que he conseguido todo
lo que me había propuesto conseguir y todo está saliendo a pedir de boca. Hoy
me he levantado por la mañana, he abierto la ventana y el olor a aire fresco, a
hierba recién cortada me ha llenado los pulmones y el alma. He sonreído, sí,
mucho y de la manera más tonta. Ese aire ha sido como la metáfora con la que le
mundo me ha querido decir: tu vida no para, todo continúa y te has subido al
carro, todo va bien y el aire fresco aireó todo lo que eras para darle una
vuelta más de tuerca.
Es la sensación de que todo está donde quieres que esté.
Probablemente haya cosas descolocadas y todo tenga un cierto sabor a caos, pero
a mí me gusta así, tal cual está. Está como estoy yo, ordenada para mí, loca
para los de fuera. Hay pocas cosas que quiera cambiar ahora, si quiera al
pensarlo no se me ocurren. No hay notas disonantes, todo encaja en una peculiar
sinfonía interpretada por cada persona que hay en mi vida y hace de ella lo que
es ahora. Por supuesto no me cierro a añadir todo aquello que mejore esta
situación, estoy segura que habrá mil situaciones, sensaciones, ideas,
personas, motivos que consigan hacerme aún más feliz. También sé que antes o
después habrá alguna nube que tape esta luz que todo lo baña y le da ese color
único, pero también sé que cuando eso pase todos los que están a mi alrededor
ahora seguirán para no dejarme ensombrecer; al igual que sé que el Sol ahí va a
seguir, por mucha nube que haya, calentando mi atmósfera particular.
Estoy llegando a la cima, la primera de todas las que me
tocará escalar a lo largo de mi vida. Estoy aquí arriba, observando y el
paisaje que me rodea es maravilloso, tanto que me emborracha la altura mezclada
con este viento fresco y este olor a vida que todo lo rodea. Aquí voy a seguir
el tiempo necesario hasta que toque bajar, descender y ver qué me espera. No
tengo miedo al camino que me queda por andar, cada metro que descienda luego se
recompensará con otro metro ascendido para una vista aún mejor que la que se
abre frente a mis ojos.
De momento, la planicie se abre desde mis pies, ahí donde
comienza el mundo, alzo la vista y veo a todo aquel que ha hecho posible esto y
sin darme cuenta, comienza todo a rodearse de unas rosas, diferentes, únicas…
unas rosas azules; unas rosas que cierran el círculo, figura geométrica que en
cualquier situación y más en esta representa una perfección bella, bellísima.
El ritmo de mi vida sigue, se acelera, no pisa el freno y yo
no quiero bajarme de él.
¿Te apuntas?
Y otro año más en León, y ya van tres, y tres viviendo contigo =)
jeje!!; buenas metaforas....me parece muy importante eso de ordenada para mi, loca para los de fuera....texto positivo y alegre, en consonancia con las fotos..... y grande jimmy page!!.
ResponderEliminar